Hola a todos!

Soy la Directora del Jardín. Quiero desearle a toda la comunidad educativa, familias, colegas docentes, alumnos y auxiliares, un exitoso ciclo lectivo 2010.
Este espacio, que los Directores creamos para Ustedes, es justamente para priorizar lo que consideramos fundamental en nuestra querida unidad académica: “la comunicación”.
Personalmente creo que manteniendo fluidos canales de comunicación, donde cada uno, desde el respeto, opine y se manifieste, lograremos trabajar cooperativamente.
Esta vez, quiero referirme al periodo de inicio (conocido popularmente como el periodo de adaptación). Tengo más de treinta periodos de inicio en mi haber, veintiséis de los cuales transcurrieron en nuestro Jardín “Cascanueces”, por lo cual me siento autorizada a contarles un poquito. Cada año, recibimos a familias que buscan para sus hijos un lugar que reúna una interminable gama de condiciones. Nuestra respuesta es siempre: “La escuela perfecta no existe, pero lo que si podemos asegurarle es que trabajamos en equipo para lograr excelencia educativa”. ¡Qué difícil desafío significa cada año, alcanzar algunas de esas múltiples expectativas depositadas en nosotros!. ¿Cuánto esperan de la escuela estas familias?. ¡Todo!. A esta altura de mi carrera profesional, comprendo todas y cada una de esas expectativas… Nos están dejando su mejor tesoro. Y me refiero no solo a los padres, sino también a los abuelos, tíos, padrinos, y todo el amplio espectro de configuraciones familiares que hoy tenemos. ¡Tamaño compromiso y responsabilidad trabajar con niños tan pequeños!.
El periodo de inicio comienza, en esa primera entrevista que, generalmente comparten conmigo… Allí se establecen los primeros lazos de ese vínculo que será fundante. Se hacen preguntas, se aclaran dudas, se socializa un proyecto educativo… Y la experiencia me indica que los papas no indagan solamente sobre el Nivel Inicial. Proyectan el futuro escolar de sus hijos a lo largo de todos los niveles educativos. ¡Qué importante es entonces esa primera entrevista!. ¡Qué alto honor haberla compartido con muchos de Ustedes!.
Luego, la inscripción en el establecimiento, la recorrida por todo lo edilicio, reconociendo cada espacio como un lugarcito pensado para albergar, para cobijar y para contener a los pequeños.
Más tarde, ya próxima al inicio del ciclo lectivo, la reunión de padres, o mejor dicho de “Familias”, concebida como un encuentro entre adultos, como un verdadero espacio de comunicación, donde queda expuesto el compromiso ético que le cabe al jardín de dar a conocer la tarea que realiza, mostrando como los niños aprenden, y como los maestros enseñan. Y, finalmente, la esperada “Fiesta del Ingresante” para los mas chiquitos, una verdadera bienvenida, que se prepara en equipo con dedicación y profesionalismo.
Con el primer día de clases, llegaran los actos de apertura, repartidos, para brindar mayor comodidad al distinguido y esperado auditorio, y toda la gama de sentimientos y emociones imaginables; de ambos lados: porque estamos construyendo juntos un espacio de integración, porque estamos generando una construcción de ambas partes: alumnos (con sus historias diversas de sujetos complejos con historia) y plantel docente, con nuestras fortalezas y debilidades. Para concluir este periodo de diagnostico, de mutuo conocimiento, otra reunión de familia, la evaluativa, la de devolución en el legajo acumulativo de cada alumno, como insumo importantísimo de su trayectoria escolar.
Me gustaría despedirme, dejándoles el siguiente concepto: “El periodo de inicio no es un tiempo de espera, ni un periodo de adaptación pasiva: Es el comienzo de una fuerte propuesta educativa”. Hasta pronto, con afecto,

Andrea